La optimización de procesos forma parte de cualquier proceso de Transformación Digital de las instituciones y organizaciones, y de ella se pueden derivar muchos beneficios en todas las áreas y departamentos. En definitiva, una mejora general del funcionamiento interno de la organización y sus recursos.

Si algo ha quedado patente en la gestión de la pandemia por COVID durante este último año es que las organizaciones e instituciones tienen una importante necesidad de renovación y refuerzo de su digitalización, tanto en lo que se refiere a sus sistemas y herramientas como a su cultura organizativa.

La creciente preocupación social por el cuidado y protección del planeta está teniendo efectos no solo a nivel político, económico y social, sino que también las empresas y las instituciones en general están cambiando de forma progresiva ciertos hábitos o conductas laborales poco cuidadosas con el medioambiente.

Vivimos en un mundo globalizado en el que la individualidad del sujeto queda en segundo plano en numerosas ocasiones a favor de la colectividad social. El trabajo en equipo, la colaboración y cooperación entre personas e instituciones cobran una mayor importancia que en años anteriores, lo que explica el auge de modalidades de trabajo como la organización por proyectos o el mentoring.

Actualmente en las empresas conviven de forma paralela diversos proyectos dirigidos al desarrollo de acciones tanto internas como externas. Desafortunadamente, la gestión convencional está descuidando algunos aspectos de la administración por proyectos. Por ello, gestionar de manera integrada todos los pasos y procesos de un proyecto constituye una forma eficaz y eficiente de concebir el trabajo dentro de una organización. Además, favorece la productividad, la flexibilidad y la satisfacción de los integrantes de una organización.